El endurecimiento por envejecimiento o precipitación (también conocido como envejecimiento) es un cambio en las propiedades del material (normalmente, endurecimiento) que se produce al mantener las piezas a unas temperaturas moderadamente elevadas, sin ningún cambio en la química de la aleación.
El endurecimiento por precipitación tiene aplicaciones prácticas en el sector aeroespacial, de la automoción, náutico y petroquímico.
El endurecimiento por precipitación se aplica a diferentes aleaciones de metal, incluidas el aluminio, el magnesio, el níquel, el titanio, y algunos aceros y aceros
inoxidables.